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Lector del mes: Manuel González, Presidente de la Asociación de Editores de Madrid

“Leer es una de las muchas cosas buenas que nos ayudan a disfrutar y a entender la vida”.

De Tintín a Fortunata y Jacinta, y de los clásicos rusos del XIX a Ordesa, de Manuel Vilas. ¿Qué leen los que nos hacen leer? Comenzamos el año conociendo el perfil lector de Manuel González, presidente de la AEM. Con él hemos hablado también sobre cuestiones como el nuevo Concurso de Lectura y Escritura de la asociación, el apoyo institucional a la promoción del libro y la lectura, o el principio de precio fijo recogido en la Ley del Libro.

Tras una trayectoria en el mundo editorial comenzó en los años 70, ocupando diferentes puestos dentro de las áreas del Grupo Anaya, Manuel González Moreno es en la actualidad responsable del área universitaria y profesional del Grupo. Ha representado a su empresa en las instituciones relacionadas con el mundo del libro. Desde 2010 es miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Editores de Madrid, en la que ha ocupado los cargos de tesorero, vicepresidente segundo y vicepresidente primero. Es, además, miembro de la Junta Directiva de la Federación de Gremios de Editores de España desde 2018.

¿Cuál es el primer libro que recuerdas?

20.000 leguas de viaje submarinoCon nueve años me hice socio de la sección infantil de la biblioteca pública de mi distrito porque me apuntó mi padre, a quien le gustaba mucho leer, y ese primer día la bibliotecaria me pasó una edición ilustrada de 20.000 leguas de viaje submarino. Me enamoré del libro… y de la bibliotecaria.

¿Tuviste una infancia lectora?

No paraba de leer porque con tal de ver a aquella belleza que cada vez que me anotaba un libro me sonreía me hubiera leído hasta las Etimologías. Así que devoraba los libros de Julio Verne, Salgari, Enid Blynton, todos los Tintín, la colección entera de Tarzán, de Egdar Rice Burroughs, las colecciones de biografías ilustradas de editoriales como Ferma, Cíes, Molino, etc.

Los tebeos del Tiovivo, del Jabato y del Capitán Trueno, y la serie de formato apaisado de Hazañas Bélicas también los leía sin parar, pero fuera de la biblioteca porque a Mari Luz, que era como se llamaba mi bibliotecaria, no le parecían lecturas apropiadas. Han pasado muchos años desde mi primer Julio Verne, y sigo enamorado de los libros, pero no tanto como de Mari Luz… aunque me partió el corazón cuando se casó con un chico alto y guapo que iba a esperarla todas las tardes y nunca supo que me aficioné a la lectura por ella.

¿Dónde y cuándo te gusta leer?

Donde más me gusta leer es frente al mar en verano sentado debajo de una sombrilla por la mañana… y al atardecer, con la sombrilla plegada, puedo seguir leyendo sentado en la misma silla, con el mismo libro… o con otro.

¿Tienes un formato preferido?

Por lo general solo leo en papel, porque soy un miope que no necesita ampliar el cuerpo de letra de lo que lee a pocos centímetros de mi nariz, siempre que el texto no esté compuesto por debajo del 8, pero reconozco que los ebook son un gran invento por sus múltiples ventajas de portabilidad y almacenamiento. En cuanto a los audiolibros, además de su comodidad técnico narrativa, aportan soluciones de lectura fácil para muchas personas que no pueden leer letra impresa.

¿Qué te gusta leer cuando no lees por trabajo?

Leo narrativa y ensayos de historia y política de autores contemporáneos, pero los clásicos de multitud de géneros y materias siguen siendo valores seguros, aunque confieso que aún no he podido con las Etimologías.

¿Has dejado algún libro a medias? Si es así, ¿sentiste algún tipo de culpa?

Claro que he dejado libros a medias, y a inicios, y sin el menor remordimiento. En muy pocas ocasiones, porque se me activa eso que Hemingway llamaba “el detector de mierda”, pero en la mayoría de los casos es por la certeza de que nuestra existencia es muy breve como para dedicarla a cosas que no entendemos… y que además no nos gustan.

¿Estamos educados para ser críticos con lo que leemos?

Deberíamos serlo en todas las manifestaciones de la vida, y siempre a partir de la formación que proporcionan el estudio y la lectura, pero si con todo esto no somos capaces de desarrollar un pensamiento crítico con bases culturales o científicas, habrá que recurrir al referido detector de Hemingway, o a la impaciencia que supone el escepticismo sobre la reencarnación, e incluso a reconocer que albergamos dudas razonables acerca de la vida eterna.  En definitiva, si no podemos competir con Kant en sus juicios críticos, al menos no perdamos el tiempo leyendo aquello que no queremos o no podemos leer.

Madame Bobary¿Hay algún libro que te haya marcado especialmente?

Cuando dejé la sección infantil de la biblioteca pública, más por el desengaño amoroso ya mencionado que por cumplir la edad reglamentaria, me dio por leer a los clásicos rusos del siglo XIX: Los hermanos Karamazov, Crimen y castigo y Anna Karenina me entusiasmaron por su capacidad de describir lo mejor y lo peor de los sentimientos y las conductas humanas.

Sin embargo, nada ha superado la admiración compasiva que me provocaron el inconformismo social y la pasión por la vida de las protagonistas de Fortunata y Jacinta y Madame Bovary, hasta el punto de que si mi hija pequeña se llama Emma es porque para ella es un nombre precioso, y para mí, un homenaje a la obra de Flaubert.

¿De quién sueles fiarte para que te recomiende un libro?

De todos aquellos que saben de lo que hablan

Las historias de Pat¿Qué título recomiendas para comprender el papel/trabajo del editor?

Dos libros: El primero es Las historias de Pat Hobit, de F. Scott Fitzgerald. No sirve para aprender el oficio de editor, para eso lo mejor es hacer un máster, pero sí algunos aspectos de la relación entre editor y autor.

El segundo tiene que incluir el prólogo a El Gatopardo, de G.T de Lampedusa, escrito por Giorgio Bassani. En las páginas que preceden a esa espléndida novela se dan las claves para entender cómo un gran editor pudo convertir un folletín familiar en uno de los mejores frescos históricos de la historia de Italia.

¿Y para comprender el momento actual?

Yo recomendaría, sobre todo a los jóvenes, leer literatura fantástica o de ciencia ficción especialmente aquellos clásicos del género que describen distopías futuristas. Huxley o Bradbury nos muestran lo cerca que estamos hoy de un mundo regido por minorías siniestras que ya no necesitan el terror de las dictaduras para gobernar, sino el grosero uso de la mentira y la manipulación con la que dirigen la vida y la mente de millones de ignorantes.

Dime tres razones por las que leer.

Porque es divertido, si te divierte. Porque te forma si sabes leer más allá de unir letras o repetir palabras. Y porque tal vez puedas enamorarte de una bibliotecaria… o de un bibliotecario.

ordesa¿Qué estás leyendo ahora?

Ordesa, de Manuel Vilas. Me lo ha regalado mi hija mayor, Amanda, que al igual que Vilas escribe y enseña… aunque él ya no es profesor.

Naturalmente el regalo es para que disfrute del libro, pero a mí, además, me ha servido  para no intentar nunca escribir nada si no soy capaz de acercarme, al menos, al uno por ciento del talento y la humanidad que tiene este autor.

 

 

En este mes de enero se ha lanzado una nueva convocatoria del Concurso Escolar de Lectura, que este año es, además de Escritura. ¿Cómo surgió dar este paso?

Parecía necesario revitalizar el formato de los vídeos que se nos envían añadiendo a la lectura de la obra elegida una interpretación escrita y genuina que incrementara la creatividad literaria de los concursantes. La idea es que, si sabes leer, también puedes saber escribir.

En la entrega de premios de la pasada edición, decías a los alumnos que leyeran porque les ayudará a comprender la vida a través de lo que otros escribieron. Ahora son ellos los que pueden poner nombre a las cosas…

Todo está escrito y por eso es inabarcable tanta belleza, tanto talento y tanta sabiduría depositada en los libros. No obstante, gracias a la lectura podemos adquirir la capacidad de trasmitir, a través de nuestras palabras, aquello que singulariza nuestras experiencias y conocimientos.

La Comunidad de Madrid y CEDRO son dos colaboradores habituales en esta iniciativa para fomentar la lectura…

Las Consejerías de Cultura y de Educación del Gobierno de la CAM nos prestan ayuda económica y promoción institucional entre el profesorado de Secundaria y Bachillerato respectivamente. Sin esos apoyos, y sin la colaboración de CEDRO, el Concurso no sería posible. Por eso hay que reconocer y agradecer su interés continuado por esta iniciativa de nuestra Asociación.

Además, la semana pasada el gobierno regional anunciaba que ha aprobado un acuerdo marco por un importe de 8 millones de euros en un plazo de cuatro años para renovar los fondos de las bibliotecas. Y, por su parte, el Ayuntamiento anunciaba un plan de rescate para las librerías por el que aumenta la línea de ayudas hasta los 80.000 euros para ocho establecimientos y elabora un proyecto para que 25 librerías sean quienes aporten los libros al catálogo municipal. Parecen buenas noticias…

Los efectos de la crisis económica sobre los presupuestos públicos destinados a dotaciones de bibliotecas han sido demoledores sobre nuestra industria editorial, pero la repercusión de esta crisis, que aún no ha sido enteramente superada, sobre las librerías puede calificarse de dramática. Las dos medidas recientemente anunciadas son excelentes noticias que muestran no solo los signos de la recuperación económica, sino, sobre todo,  una mayor sensibilidad de los actuales equipos de Gobierno de la CAM y del Ayuntamiento de Madrid hacia el mundo del libro y el fomento de la lectura.

Asistimos a nuevas formas de lectura y de adquisición de libros y esto a veces genera nuevos escenarios… en el último tercio del pasado 2019 se tuvo la sensación de que, desde el comercio electrónico, se estaba vulnerando el principio del precio fijo que recoge la ley. Algunos incluso exigían “cambiar” la ley… ¿Cómo se está gestionando esta situación?

Las leyes están para cumplirlas, y la del Libro, que incluye el precio fijo, no puede ser ignorada por nadie, y mucho menos por quienes estamos dentro de este negocio, sea cual sea la dimensión empresarial que tengamos.

Es fundamental que todos los actores relacionados con el libro defendamos nuestra ley con prácticas éticas y legales irreprochables… y no parece lo mejor culpar a una norma legal, por la que luchamos con éxito en 2007, de los incumplimientos intencionados o inconscientes de unos pocos. Yo confío en que el episodio vivido este pasado otoño no se repita porque la ley es clara en los casos de excepción a la norma del precio fijo y no necesita modificarse… solo hay que atenerse a lo que dice el texto legal al respecto.

¿Un deseo para este 2020?

Tiempo y tranquilidad para leer, incluso aunque no estés frente al mar, porque leer es una de las muchas cosas buenas que nos ayudan a disfrutar y a entender la vida.